Un lugar tranquilo en el centro de la ciudad.
Me recuerda mi infancia, ya que parte de mi familia paterna vivieron en ése lugar durante más de 30 años.
Sobre la comida, pedí los chilaquiles llamados «Los más pinches picosos» y la verdad ya me estaba arrepintiendo porque están realmente picosos.
Si no estás acostumbrado al picante, ni te atrevas.
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