La Calle de la Cruz en Saltillo
Esta antigua vía se denominó así por la devoción y férrea costumbre a la Santa Cruz entre los antiguos pobladores del pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala. En la segunda década del siglo pasado, la calle de la Cruz cambió de nombre para honrar al poeta saltillense Manuel Acuña Narro.
La calle de la Cruz atravesaba de sur a norte el pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, desde tiempo de su fundación, los terrenos de la parte norte se repartieron entre los nativos de esta región, los cuales pronto fueron abandonados por los mismos indígenas, por ser nómadas.
En la actualidad, la calle va desde la antigua estación de ferrocarriles, cuya operación cesó en 1969, la bella edificación de la época porfiriana continúa en pie con ciertas modificaciones, gracias a la gestión de estudiantes de arquitectura, quienes se opusieron a que fuera derribada en tiempos de la apertura del bulevar Francisco Coss.
La actual calle Manuel Acuña corre de norte a sur y topa en la calle de Aldama. Metros hacia el poniente continúa en la misma dirección norte, hasta las escalinatas del barrio de Santa Anita, donde sigue su trayectoria por la parte baja de la loma, desde ese punto cambia de nombre por el de Antonio Narro antes llamada Calzada del Centenario.
Por esta vía se encontraba un hermoso edificio, tristemente desaparecido, el Hospital de San Vicente de Paul, construido en 1912 por el filántropo de origen prusiano Henry Maas. Años más tarde el edificio se convirtió en el Centro de Salud. Alrededor de 1970 inexplicablemente fue demolido. Como siempre el criterio y la justificación fue destruido por ser antiguo.
Gracias a una postal del fotógrafo Manuel Macías descubierta recientemente por el que escribe, el tramo de la calle de la Cruz, comprendido entre la calle Victoria a Ramos Arizpe, durante los años de 1912 se le llamó popularmente, como calle del Correo, en referencia al edificio postal situado en Victoria y la hoy calle Manuel Acuña.
LA CREENCIA RELIGIOSA DE LOS ANTIGUOS TLAXCALTECAS
Específicamente el nombre de la Cruz obedeció por una gran cruz que se encontraba en lo más alto de la loma donde se localizaba la ermita de la Cruz. Hoy, en el mismo lugar está la ermita de Santa Anita. Es probable que por los años de 1970 la cruz la hayan tirado por cuestiones de seguridad, resulta posible que sus maderos se encontraran en mal estado en aquel entonces.
Poco antes de que terminara la década de los setenta del pasado siglo, se podía ver la gran cruz desde muchos puntos de la ciudad. En especial los días tres de mayo, pues se adornaba con focos incandescentes. En las calles vecinas a la ermita, solían decorar con pasacalles de papel picado y coronas hechas con la planta de Sotol. El propósito de esta festividad es para venerar la cruz como máximo símbolo del cristianismo católico: Cruz-Dios Padre, y Cruz-Espíritu Santo, pero también cumple un propósito de carácter propiciatorio: Cruz-Cristo Jesús, el Hijo dador de vida, agua y buenas cosechas.
Para el festejo del día de la Santa Cruz, otros templos de la ciudad suelen llevar a cabo la celebración como en la iglesia del Calvario, la iglesia de Landín, antes llamada de Las Cuevas, llamada así antiguamente, por encontrarse frente a unas grutas y galerías naturales en lo que fue la vieja fundición de la compañía Mazapil Copper Company.
El gremio de los albañiles celebra el 3 de mayo, ya que Jesús es el mejor ejemplo de la construcción de la vida. Una tradición muy afincada, en toda construcción en proceso, cada tres mayo se rinde un pequeño homenaje al dejar una cruz con flores en lo alto de los muros de la edificación en proceso.
CRUCES DEL CERRO DEL PUEBLO
Otras dos famosas cruces, una ya desaparecida del entorno urbano fueron: una que se encontraba en la falda del Cerro del Pueblo, antes llamado Cerro de Tlaxcala, justo poco antes de la vuelta para rodear el mismo cerro por la carretera que lleva a Torreón y otra más sobre la cúspide del mismo montículo llamada Cruz del Apostolado, por inspiración de los misioneros del Espíritu Santo, dicha cruz ha sido presa constante del vandalismo.
La primera cruz que era de grandes dimensiones fue colocada gracias a la promoción hecha por el señor Feliciano del Valle y con la ayuda y aportaciones de varios vecinos del sector. El señor Del Valle residente del barrio de Los Panteones, en un terreno de su propiedad de cuarenta por cuarenta metros, dirigió la colocación del madero en 1933.
Año con año cada tercer domingo de mayo, los habitantes de barrios aledaños se congregaban para la veneración del santo madero, el ritual consistía en bajar la pesada cruz, a hombros los creyentes llevaban la pesada hasta el Santuario de Guadalupe, después de la misa, el recorrido era acompañado por danzantes Matlachines. Al terminar la misa, el rito se cumplía cabalmente de regreso, volver a colocar la cruz en su sitio, la fiesta continuaba hasta el obscurecer sin que los Matlachines dejaran de bailar.