En la Catedral de Santiago de Saltillo, el 3 de Abril de 1975, una persona se suicidó tirándose desde la torre principal.
Crescencio Gómez Hernández tenía 27 años de edad, subió a la primera base de inicio de la torre de Catedral y aproximadamente a las tres de la tarde con treinta minutos se arrojó al vacío y murió de manera instantánea por fractura de cráneo y estallamiento de vísceras.

Surgieron diferentes versiones sobre las razones que lo llevaron a atentar contra su vida.
Los periódicos locales publicaron que, probablemente, estaba armado; que padecía alguna enfermedad; que su pareja le fue infidelidad; incluso que fue víctima de problemas mentales.

Se dice que un grupo de personas entraron a la Catedral por la puerta de la calle de Juárez, pero Crescencio se separó para subir la torre sur por unas escaleras de caracol, todo esto lo vio un oficial de tránsito, quien no prestó más atención, hasta que se dio cuenta que esa misma persona ya se encontraba arriba de la torre, en la corniza.
Los periódicos y testigos narraron que, parado en la orilla del campanario, el hombre amenazó: “me voy a matar, alguien acompañeme a conocer la muerte”.
Un policía municipal subió a la torre para impedir que el todavía desconocido saltara, pero no pudo evitarlo.

El momento en que el jóven se aventó al vacío fue captado por el fotógrafo Adolfo González, que se encontraba en un café cercano, quien se dio cuenta de la situación y logró captar una secuencia de fotografías que muestran el momento en el que el suicida va cayendo.
