La Escuela Miguel López - Sus Leyendas y Mitos 1

La Escuela Miguel López – Sus Leyendas y Mitos

Por: Armando Ríos 

Son ya 99 años de historia de la Escuela Miguel López, edificada por Venustiano Carranza. Llena de mitos, leyendas, personajes y conflictos que tomaron importantes rumbos políticos en Coahuila; hoy en los suelos, altos techos, balcones con acabados de madera, se observan algunos niños, mientras que otros corren y juegan a “la roña’’.

La Escuela Miguel López Ávila es uno de los edificios más codiciados del Centro Histórico de Saltillo, por su elegante fachada y la carga histórica que guarda en las aulas desde hace más de 99 años.

La plazuela de Los Rodríguez, fue inicialmente, un campo donde los habitantes de Saltillo de aquella época acudían en carruajes a dar un paseo y convivir con los hijos o nietos, pero con el paso del tiempo, se dice, fue quedando en el abandono gracias a que la gente tenía otras novedades a la cercanía en la Plaza Manuel Acuña, que además se amalgamaba con la oferta en los artículos del Mercado Juárez y la cultural del teatro García Carrillo.

Todo empezó por la necesidad y el hambre hacia el rumbo de la educación que dejó los estragos de la Revolución a su paso por Saltillo. 

En 1915 cuatro escuelas de Saltillo que se encontraban cerca de la zona de la plazuela Los Rodríguez, se vieron en precarias condiciones de infraestructura y administración, una de ellas llevaba el nombre de Gabino Barreda, otra Luis A. Beauregard, una más bajo el nombre de Bertha Müller y otra más Miguel López, que se encontraba en servicio por la Rayón Norte, donde pagaban como inquilinos una renta de 50 pesos por el inmueble.

Durante esa fecha las otras escuelas se encontraban además en una difícil situación de ubicación, pues algunos de los renteros de los inmuebles en los que se encontraban las aulas, comenzaron a arremeter contra los directores de los institutos, diciéndoles que ya no querían rentarles por más tiempo.

Pero una decisión oportuna llegó a mediados de 1915, en los tiempos que gobernaba Gustavo Espinoza Mireles, y como alcalde de Saltillo, Daniel Garza. Fueron quienes dieron pie a solucionar la situación con la idea de posicionar una nueva escuela.

Fue así como el 10 de diciembre de 1915 se colocó la primera piedra del edificio, apadrinado por el primer jefe constitucionalista don Venustiano Carranza, que luego de un gran festejo firmó el acuerdo con la misma pluma con que se firmó el Plan de Guadalupe. 

Para Carranza, la idea de que la escuela debía permanecer bajo el nombre del potosino Miguel López, no fue espontánea. El maestro había sido para él la importante razón que ayudó a las ideas de la revolución en la que participó en 1910, pues cursando la primaria, fue quien infundió en él el hambre de justicia que nunca soltaría hasta el día de su muerte.  Además, fue López Ávila, autor de libros de aritmética, geometría, gramática y retórica.

En 1917 las cuatro escuelas que estaban a punto de ser desplazadas comenzaron a compartir las aulas del recinto. Pero no es hasta 1920 que la escuela inició dando clases bajo un solo nombre: Miguel López Ávila.

El plantel, pronto tomó auge e importancia para la sociedad saltillense, pues era un edificio con estilo afrancesado, elegante y moderno para la época. Además de los cuidadosos detalles y el anfiteatro que se encontraba a las inmediaciones del segundo piso, cubriendo el patio central, ahí se organizaban diversos eventos culturales frente a una capacidad de un millar de personas.

Alberga historias que erizan la piel

Más de 100 años tiene colocada la primera piedra del edificio, y a lo largo de un siglo, han pasado cientas de historias sobre la vida política del Estado, y otras que pueden erizar la piel de cualquiera.

Las docentes del plantel cuentan que la leyenda más vieja, y la que sus propios padres les contaban de niños, era la de un carruaje que atravesaba la escuela. Bajaba por la calle Bravo a todo galope jalado por un caballo y un jinete a su manejo, y al encontrarse con el edificio, desaparecía traspasando las paredes. Se dice que, en diferentes ocasiones, alumnos han acampado ,con la supervisión de los maestros, dentro de la escuela, en las inmediaciones del patio para presenciar la travesía, pero lo único que han obtenido es una maravillosa velada.

Lo que sí asegura el personal es que han visto distintas imágenes de personas, niños, así como exmaestros o exdirectores del plantel. El más famoso y con el que se han encariñado: el niño que toca la flauta viendo por la ventana.

Se dice que un niño de entre 6 y 7 años de edad se asoma por una de las ventanas que se encuentra sobre la calle de Hidalgo, al que en una ocasión lograron captar con una cámara fotográfica, pero el producto se ha perdido en los archivos del Centro Histórico. Una de las maestras de cuarto grado dice que también en su aula se asoma por la ventana otro niño, y que además juega travesuras dentro del aula, por lo que al momento que inició su servicio dando clases en ese salón, se vio obligada a pedirle permiso para entrar, y le pidió atentamente que no se molestara.

Otra de las docentes cuenta que a las afueras de la dirección han visto moverse a una mecedora del juego de sala otorgadas a una ex directora de nombre Guillermina, quien acostumbraba a mecerse por largos ratos en la reliquia que tiene más de 40 años en la escuela.

También, uno de los mitos más sonado que desató por un momento la curiosidad del personal, era que bajo el piano de cola (un ejemplar del cual existen sólo 3 en el mundo), había un sótano que albergaba riquezas. Pero durante una limpieza general decidieron moverlo y no encontraron nada.

El personal docente y directivo comenta que existe una gran comunidad cuando de valorar al plantel se trata, tanto de quienes ahí laboran, como de quien pertenece a la Sociedad de Padres de Familia, alumnos y exalumnos.

Muchas generaciones han pasado. “Salen, hacen su vida y después regresan con sus hijos que se adentran a las aulas a llevar los modelos educativos que han cambiado con el paso del tiempo’’, dice la subdirectora María Isabel Tovar.

Algunos alumnos que se sentaron sobre los pupitres en 1921, tuvieron la oportunidad de llevar clases de primaria con el profesor Federico Berrueto Ramón.

Además, han tomado clases celebridades, como la actriz Magda Guzmán, el subsecretario de Prevención, Sergio Sisbeles, Felipe Rodríguez Cano, entre otros. Pero también ha sido famoso por escándalos políticos del siglo pasado.

En 1923 fue Coahuila un escenario de fricciones políticas. Para ese año, la escuela había sido removida del edificio para instalarse la Legislatura y el Gobierno Interino Independiente de Candor Guajardo, donde una de las facciones desconoció al gobernador Arnulfo González, y fue así como el 11 de febrero del mismo año, la legislación sufrió un ataque armado obligando a desalojar del edificio al grupo político. El ataque dejó un muerto y más de una decena de heridos. Esta etapa se llamó ‘’Caso Coahuila’’. 

Para 1928, la escuela ya había regresado a su plantel original ubicado en las calles de Hidalgo, Corona y E. Guillén, pero las clases fueron nuevamente interrumpidas por una suspensión de labores en el área docente por un adeudo de sueldos, que duró más de 10 días. 

Pero no sólo el personal docente ha velado por los intereses de mantener la escuela en condiciones adecuadas. La Sociedad de Padres de Familia ha jugado un papel sumamente importante para este patrimonio desde sus inicios, y entre 1945 y 1950, solicitaron la ayuda económica a diferentes personalidades de la clase política para la remodelación del edificio que ya presentaba para entonces ciertos desgajes. La última remodelación significativa se hizo en 2005, causando que la escuela se moviera temporalmente.

Rumbo al primer Centenario buscan que el edificio reciba atención, pero la Sedu ha comentado que los programas de apoyo ya están destinados, y la solicitud de recursos tardaría 3 años en otorgarse.

El patrimonio está dentro de las normas de Instituto de Bellas Artes, como Monumento Artístico, por lo que las restauraciones podrían remitirse al Gobierno del Estado y estarían supervisadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, como fue el caso de la Escuela Coahuila, pero hasta ahora no hay una declaración pública en la que se argumente una idea de la restauración del edificio que cumplirá el 19 de septiembre de 2017, 100 años.

Con información de la docente Patricia Rivera Sánchez

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