El Hotel Hidalgo de Saltillo
por Ariel Gutiérrez Cabello
A principios del siglo 20, a un lado de los Transportes Monterrey Saltillo, estuvo una fábrica de sodas propiedad de don Braulio Zertuche.
Poco antes de la Revolución, el señor Zertuche construyó un edificio de dos plantas con un balcón corrido de forja, local que después sirvió para la sociedad con don Jesús Cabello, para la introducción de los primeros baños públicos de vapor y regaderas con agua caliente.
En 1924, el local fue adquirido por el señor José A. de la Garza, quien transformó la casona para abrir el Hotel Hidalgo.
El hotel pasó a manos de un inversionista de la ciudad de Monterrey, los años cobraron factura, el deteriorado Hotel Hidalgo cerró sus puertas por los años setenta del siglo pasado.
En el mes de junio del año pasado tuve la oportunidad de platicar largo y tendido con Polo Canales, recientemente fallecido, en aquella amena charla, don Polo con mucha nostalgia recordó que cuando era niño un tío lo mandaba a vender quesos afuera del hotel Hidalgo, el punto de venta era muy bueno por la cantidad de gente que por ahí transitaba, sin embargo el encargado del hotel constantemente lo corría y le impedía vender los quesos, cierto día el administrador del hotel cansado de echar fuera al niño, prácticamente lo corrió a patadas, el indignado niño reclamó los estrujamientos y golpes, encorajinado preguntó, ¿cuántos años tienes?, no hubo respuesta, espero que vivas muchos años, porque un día voy a comprar este hotel y yo mismo te voy a correr.
En 1992 don Polo Canales determinado a cumplir aquel sueño y con capital suficiente, se marchó a Monterrey para buscar al dueño del derruido hotel Hidalgo, a su regreso a Saltillo, era ya el nuevo propietario del hotel. Después de una profunda remodelación y una rigurosa supervisión del Centro Histórico, el Hidalgo reabrió sus puertas.