Hace mucho tiempo atrás un hombre se dedicaba a vender tamales en las calles cercanas a la Catedral y en el callejón Santos Rojo de Saltillo.
Este señor conocido como El Tamalero llamaba mucho la atención entre los habitantes del lugar, ya que ofrecía sus deliciosos tamales con una fuerte y varonil voz.
Al poco tiempo en la ciudad empezaron a desaparecer mujeres en especial doncellas, durante esos días un joven le entregó un anillo a su novia, la cual desapareció y más nunca se supo de ella. Mientras tanto, el tamalero seguía con su venta como de costumbre.
La familia de la jovencita perdida compró una docena de tamales, al comerlos uno de ellos encontró dentro de un tamal un anillo igual al de la chica desaparecida. Desde ese momento se comenzó a sospechar del tamalero.
A la postre se supo que el tamalero asesinó a más de 15 personas y que utilizaba la carne de estos para preparar sus tamales que tanto le gustaban a los saltillenses. Dicen que aún aparecen por las calles las almas de las mujeres asesinadas.