La Casa del Empresario Santiago Martín en Saltillo
Por Ariel Gutiérrez Cabello
Como ya es costumbre en este espacio, solo nos queda sostener el suspiro por esta magnífica mansión, que desafortunadamente sucumbió ante el voraz “progreso”. La construcción inició en el ocaso de la época porfiriana y desapareció durante los años 40 del pasado siglo.
Esta casona de estilo victoriano estuvo ubicada frente a la Alameda Zaragoza, en la esquina de Aldama y Purcell. El propietario fue el empresario español Santiago Martín, quien llegó a Saltillo en los últimos años del siglo antepasado, estuvo al frente de varios negocios mineros y textiles, logró posicionarse en la región como un fuerte comerciante con la venta de abarrotes al mayoreo.
Martín emprendió varias sociedades, entre las que destaca la sociedad con el extranjero de apellido Colle, quienes trabajaron como comisionistas en la exportación de textiles y productos naturales del país, sobre esta unión, un viejo directorio comercial de finales del siglo 19 describe a Martin y a su socio: “su carácter afable les hizo acreedores a la estimación general”.
De la misma publicación que data de 1898, extraemos lo siguiente: “Otro negocio, propiedad de Santiago Martín, una gran fábrica de jabón de suprema calidad, la cual estaba dotada de los aparatos y útiles más modernos, sus productos se venden a precios sumamente moderados, la distribución de sus productos la realizan a través de diferentes sucursales en diversos puntos del Estado”.
La época porfiriana trajo bonanza y muchas oportunidades de crecimiento para pocos, sobre todo extranjeros. En compañía de su hermano Juan y otro socio, el señor Stonewall, iniciaron la firma mercantil denominada Martín Hermanos, dedicada a la comercialización de perecederos. Otra firma más fue la que en compañía de los extranjeros Juan Hayes, Simón G. Smith crearon la sociedad anónima denominada Minera Internacional de Concepción del Oro.
UNA PINGÜE EMPRESA
La fiebre de las minas alcanzó a todo tipo de inversionistas; Martín involucró a Emilio Carranza, hermano de don Venustiano, al político Encarnación Dávila, Miguel Cárdenas, Gobernador de Coahuila, a los comerciantes Jesús María Flores, Anastasio Martínez, a los norteamericanos Juan Woesnner, Eduardo Stevens y al italiano Domingo Alessio, para formar La Sultana, compañía dedicada a explotar y adquirir minas en cualquier parte de la República.
En aquella época también formalizó la creación de la Compañía Minera La luz, en el distrito de Sierra Mojada, hoy municipio del mismo nombre.
ORIGEN DE LA PROPIEDAD
El acaudalado industrial textil Clemente Cabello vendió en 1899 un extenso terreno y una casa que se ubicaba en la calle de Aldama, la compradora fue la norteamericana Virginia Jeffrey, esposa de Santiago Martín. Dos años más tarde la señora Jeffrey vendió parte de esta propiedad a la señora Librada Rodríguez Aguirre y Aurelia Rodríguez de Guajardo, tiempo después se construyó en la parte poniente del solar una magnífica residencia que hoy ocupa el Museo del Normalismo.
Sobre la esquina de Aldama y la antigua calle Xóchitl, hoy calle Purcell, el matrimonio Martín Jeffreys, erigió la casa, la cual constaba de dos plantas, en el ático se advierte una buhardilla, ojo de buey, en la planta alta un ventanal con un balcón, con una envidiable vista de la ciudad.
EL CAMBIO DE DUEÑO
Debido a la Revolución Mexicana, Santiago Martín y su esposa dejaron la ciudad. La propiedad fue adquirida por el ingeniero textil de origen catalán Carlos Ribé, por los años 40 del siglo pasado, Ribé echó abajo la casa para construir su residencia de estilo californiano, el costo de la casa fue de 350 mil pesos, una barbaridad de dinero en aquella época, tiempo después fue adquirida por la familia del señor Miguel Dainitín.
Agradezco a la señora Irma Recio por haberme proporcionado una vieja fotografía tomada antes de ser derribada la casa original, gracias a ello pude ubicar el lugar preciso de la casona que ustedes ven en esta publicación