Temporada de despedida de Susana Alexander.

Un árbol, un hijo, una mujer octogenaria. Una historia de amor.

Querido público:

El año pasado cumplí 80 años y decidí que quería hacer una obra significativa con la que me despediría del teatro, dejando algo memorable en el corazón del público.
Me despido de las temporadas teatrales con una obra que pareciéra escrita para mí, para que le prestara mi voz a tantas personas mayores a quienes sus hijos, con la mejor voluntad, creen que están haciendo lo correcto al llevar a sus padres a una casa de descanso o residencia, como ahora se les llama.
Alejandra y Carlos son dos personajes entrañables que los harán reír y conmoverse a través de este viaje de amor que los une y que no deja al espectador indiferente y sin otra alternativa que inmediatamente identificarse con alguno de ellos.
Los tomo de la mano y los invito a este viaje a través del amor y la belleza.

Y como siempre digo: Gracias por el milagro de su presencia.

Atentamente,
SUSANA ALEXANDER